Crítica de Myth 2.0

Arno Neumann, Märkische Allgemeine

POTSDAM / BERLINER VORSTADT – Las obras de Julia Theek encajan a la perfección en el discreto ambiente de los locales comerciales del Sparkasseninstitut de la Berliner Straße. La técnica de Julia Theek para convertir sus motivos en imágenes es perfecta. Se trata de una elaborada técnica de estarcido basada en la aerografía, un proceso de pulverización de pintura. Sin embargo, su técnica no es un fin en sí mismo, sino que aporta intenciones precisas relacionadas con el contenido: enigmático, intelectualmente pulido, con una frialdad emocionalmente ardiente. Las contradicciones encuentran forma artística.
En el «Orfanato militar», la escena se sumerge en una luz misteriosamente amenazadora a través del colorido de una sección de la fachada meticulosamente captada. La historia de esta casa encuentra su forma en el color. La figura mitológica de una de las esculturas inconfundibles de Potsdam flota frente a ella en un tono plateado. ¿Es Caritas o debería ser Minerva, del Palacio de la Ciudad de Potsdam, para cuya restauración Julia Theek lanzó una campaña artística en 2007?
Los ciervos eran y son un motivo popular de la pintura de salón de dudosa calidad. Sin embargo, Julia Theek se atreve a introducir ciervos en el cuadro. ¡Pero qué espléndidas criaturas son en su obra «Romanticismo berlinés», que un príncipe Pückler algo enclenque intenta domar! Las esculturas en claro y oscuro se encuentran en el cuadro «Berlín», sobrecogedoramente grandes, negras y amenazadoras, inclinando hacia abajo la Cruz de Hierro en una corona de laurel con el águila que se extiende en lo alto de la cuadriga de la Puerta de Brandeburgo de Berlín.
Una y otra vez, las esculturas se convierten en actores de los cuadros en metamofosis pictórica. En el proceso, adquieren una vida artística muy idiosincrásica. Pero que la vida es otra cosa lo demuestra Julia Theek con un alegre remate en su «Primavera en Sanssouci».
Fascinada por el virtuosismo colorista de sus cuadros, la mirada se dirige una y otra vez al material con el que se consiguen los efectos. Se aplican barnices al lienzo, el acero, el cobre, el latón o el aluminio y se consiguen efectos cromáticos inesperados.
Las esculturas de Julia Theek, aunque escasas, son algo muy especial en su forma artística, un contraste con la barroca escenografía figurativa de sus cuadros. Destaca el «Dios de la Guerra», un sacrificio de sí mismo, sencillamente una obra maestra en la reducción de la forma que revela la esencia de la materia.

Berliner Straße 52, hasta febrero de 2011,
Lun.-Vie. 8h-12h, 14h-17h